Mostrando entradas con la etiqueta Iconografía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Iconografía. Mostrar todas las entradas

jueves, 28 de abril de 2016

ICONOGRAFIA ANTIGUA DE LAS AVES EN COSTA RICA




INTRODUCCIÓN

El estudio de los iconos pertenecientes a culturas desaparecidas puede ser problemático, ya que lo expresado en una pintura o figura hace cientos de años, tenía su explicación en el cuerpo ideológico de la o las sociedades que aceptaban que la figura “x” fuera algo con significado concreto, aunque la figura en cuestión no fuera realista.

Algunos iconos son lo bastante realistas para que la identificación del modelo natural sea muy fácil, pero en una gran cantidad de figuras el modelo natural se mezclaba con otros modelos (naturales o abstractos), lo cual daba un significado específico a esa figura, independiente del modelo de base o natural original, complicando la identificación del modelo base.

El icono no era, ni puede serlo, una fotografía de algo. Eso es lo que vemos nosotros ahora, pero toda figura relevante tiene un significado que por sí solo o unido a otro elemento, cambia de valor simbólico. Es por tanto un emblema que evoluciona según sea la época y el comportamiento cultural.

Es justamente esta riqueza simbólica la que nos causa problemas en lograr acertar con el modelo original del icono, pues la gran mayoría expresa ideas distintas, y dentro del lenguaje simbólico cada variación del original tiene o hace referencia a otra cosa. Un ejemplo inventado sería el de la figura de la paz, la cual es una paloma blanca. Pero esta misma paloma, con las alas abiertas y la cabeza con cresta hacia la derecha, podría significar peligro o estado de alerta. Y si le agregáramos a la figura, unas patas terminadas en garras de águila, podría significar triunfo o victoria. Todo es cosa de que cada versión de la misma figura de la paloma, tenga un significado nuevo, colectivamente aceptado. Pero la paloma blanca tiene, en sentido paralelo, otra secuencia de significados que alteran la forma; este símbolo pertenece originalmente a una visión religiosa, pues es la imagen del Espíritu Santo según los evangelios cristianos, y conlleva una serie de asociaciones y elementos integrados que así la identifican, separándola de cualquier otro significado. Hasta aquí, con el ejemplo de la paloma, hemos visto unas variaciones de significado que comprometen la forma, pero con el pasar del tiempo el mismo icono de la paloma puede derivar en formas mezcladas cada vez más complejas, esto, a medida que el significado de la figura varia circunstancial o temporalmente, hasta llegar a una figura con solo algunos rasgos del icono original, que serán la clave para identificar el modelo natural.

Figura 1: Identificación del modelo natural

viernes, 4 de diciembre de 2015

TORTUGAS, MAMÍFEROS MARINOS, PECES Y CRUSTÁCEOS EN LA ANTIGÜEDAD COSTARRICENSE







Introducción


Uno de los temas en arqueología más espinosos es el de la identificación y singularización de figuras y emblemas, pues no siempre, por desgracia, son tan claras como nos gustaría. Esto se debe, entre otras cosas, a que generalmente la figura natural carecía de valor como tal, pues lo que importaba de la misma era el modelo que tenía su explicación dentro del sistema de creencias simbólicas, a nivel de la sociedad que empleó esas figuras. 

En esta nota se verán algunos ejemplos –los más representativos- de peces, ballenas, tortugas y crustáceos. En muchos casos se pudo saber la especie que se tomó de modelo, pero en otros con identificar de qué animal se trata es un logro, lo cual no evita realizar observaciones sobre alguna o algunas especies potencialmente viables de ser el modelo de tales figuras o emblemas.

Siempre en este tipo de identificación se encuentra una cantidad de modelos mixtos, o sea, elaborados con partes de distintas especies que tuvieron relevancia ideológica, lo cual se resuelve no solo indicando la o las partes mezcladas, sino identificando cual animal es el principal.


Los animales acuáticos como símbolo


El agua, sea dulce o salada, siempre ha tenido un aura de misterio, que en determinada circunstancia puede ser tanto de temor como de alivio y regocijo. Dentro del chamanismo el uso del agua en los distintos rituales fue elemental, ya que se interpretaba que mediante este elemento el cuerpo y las cosas podían ser limpiadas (en sentido espiritual) ya que, simbólicamente al aplicar agua, se traspasa un límite mágico. En este aspecto aun hoy no estamos muy lejos de ese sentir espiritual en los ritos de iniciación a la religión católica e hindú, entre otras. 
Las criaturas que viven en el agua, y las que lo hacen tanto fuera como dentro de este elemento (anfibios) fueron considerados potencialmente como “otros” susceptibles, al menos algunos de ellos, de ser tomados como símbolos de esa otra realidad cosmogónica. De este modo dependiendo de la intensidad de contacto con los cuerpos de agua mayores (grandes ríos, lagunas, estuarios y océanos) se escogieron diversas especies como íconos y símbolos.

En Costa Rica, el símbolo anfibio más común es el cocodrilo y el caimán (que no se incluyen en este trabajo). Dependiendo de cómo se mire la relación de las diversas especies de ranas y sapos, también podrían considerarse como símbolos principales ligados a lagunas o ríos, aunque es un aspecto que debe estudiarse.

Los “animales del agua” o, mejor dicho, los símbolos animales asociados al agua más notorios y que son los que trataremos aquí, son las ballenas y delfines (mamíferos), tiburones (pez), cangrejos (crustáceos), tortugas (reptiles) y, peces diversos.


En Costa Rica, no existe ninguna crónica o relato de la época de la invasión europea que mencione alguna creencia o aspecto religioso relacionado con los símbolos y emblemas que se encuentran en los objetos arqueológicos, por lo que intentar un acercamiento explicativo a estas representaciones es problemático, por decir lo menos. Lo mejor es limitarse a identificar lo mejor posible los casos más comunes.


Ilustración 1: Regiones arqueológicas según los puntos cardinales.

martes, 28 de abril de 2015

ICONOGRAFÍA PREHISPÁNICA MÁS RELEVANTE EN LOS OBJETOS ARQUEOLÓGICOS DE COSTA RICA: EL JAGUAR.

Introducción  


Antes que se inventara la escritura, las diversas sociedades del mundo idearon maneras de comunicarse entre sí mismas y, si era posible, con otros pueblos de
una forma que no fuera la palabra a viva voz.

Era necesario que mediante solo la vista los demás recibieran un mensaje de manera clara y que no dejase lugar a dudas. Lo primero que se usó fueron elementos agregados al cuerpo, digamos que a modo de “uniforme” para aquellos individuos especiales que podían ser los encargados de los aspectos religiosos o bien, los jerarcas administrativos del grupo social. Estos elementos podían ser collares, tatuajes, bastones, plumas, pieles, y cosas por el estilo, que hacían inconfundible ya fuera al chamán, al jefe o, al mejor cazador.

Con el pasar del tiempo surgieron formas de comunicación visual cada vez de mayor complejidad, haciendo de una forma un equivalente con significado especial, o sea, un símbolo. Este símbolo  podía ser pintado, grabado, tallado, sobre un objeto. Tenía la ventaja de ser comprendida por los demás aunque no hubiera nadie presente que lo ratificara: la forma del símbolo “hablaba”, tenía un mensaje comprensible y descifrable por todas aquellas comunidades que mantuvieran contacto entre sí.

Hoy día esta manera de comunicar algo está muy presente entre nosotros, basta mirar los íconos religiosos, o los de una computadora u ordenador, señales de tránsito y demás. Pero para comprender un ícono, dibujo, figura, estatua, y demás formas, debemos pertenecer a la cultura que los crea y usa. Cuando un símbolo es natural, o naturalista en su expresión visual, muchos pueden identificarlo, por ejemplo una señal de transito con un elefante dentro de un círculo, nos sugiere a quienes por vez primera pasamos por ahí, que deben pasar esos animales por la vía. Pero cuando el símbolo se hace abstracto o se estiliza, la comprensión empieza a dificultarse para los extranjeros.



Figura 1: Proceso de estilización del símbolo de “perro bravo”; a, naturalista; b-c, estilizado; d-e, abstracto.